Plantas F: Árboles, plantas y arbustos mágicos que empiezan por la letra » F «
Frambuesa (Rubus idaeus)
Genero:
Femenino.Planeta:
Venus.Elemento:
Agua.Usos mágicos:
Protección y amor. Las ramas del frambueso se cuelgan en las puertas y ventanas como protección. También cuando ha ocurrido una muerte, para que el espíritu de la persona no vuelva a entrar a la casa después de haberla abandonado.
La Frambuesa sirve como alimento que induce al amor, y las mujeres embarazadas llevan sus hojas para aliviar los dolores del embarazo y del parto.
Fresa (Fragaria vesca)
Genero:
Femenino.Planeta:
Venus.Elemento:
Agua.Usos mágicos:
Amor y suerte. Las Fresas sirven como alimento para el amor y sus hojas se llevan para atraer suerte. Las mujeres embarazadas pueden llevarlas para aliviar los dolores del parto.
Fresno
El fresno es un árbol famoso por ahuyentar las influencias malignas si se planta a la entrada de cas. El látigo de fresno es el único que puede controlar a los caballos endiablados.
Las fuertes y rectas ramas del Fresno, eran utilizadas para fabricar lanzas, remos, postes de cercas, mangos de armas y herramientas, muebles, y parte de embarcaciones. Tiene connotaciones religiosas como vara druídica (se han encontrado en Anglesey ejemplares con decoraciones espiraladas).
E l Fresno es un árbol sagrado de la mitología Celta, al que se le atribuían poderes sobrenaturales, porque según los Druidas nunca era herido por el rayo. Estas creencias perduran con los siglos en la memoria colectiva de los pueblos; por eso en algunos pueblos, los campesinos que eran sorprendidos por una tormenta buscaban refugio bajo un Fresno, pues creían que bajo este árbol el rayo no iba a caer.
Símbolo de juventud, larga vida y prosperidad. Conectándonos con las fuerzas espirituales del Universo, nos protege a nivel psíquico y emocional. Su energía es utilizada para iluminar la mente, dar equilibrio, salud y resistencia a nuestro cuerpo. Estar en contacto con el, nos aporta juventud, aplomo y sentimiento de amor y conexión con la Tierra y el Cosmos.
Los viejos Druidas construían sus varitas mágicas con madera de Fresno. Y en otras zonas de la Península, a la madera del Fresno se la atribuyeron poderes mágicos, tales como ahuyentar a los demonios o propiciar la buena suerte. Hay numerosas supersticiones que tienen al Fresno por protagonista. Entre las más curiosas están aquellas que convierten al Fresno en un excelente exorcista para ahuyentar demonios y brujas. «Se creía que al anochecer salían las brujas para hacer sortilegios contra el ganado y robar la leche de las vacas. Para contrarrestar sus actos, colocaban sobre las puertas de los establos ramas de Fresno y Madreselvas, pero especialmente de Fresno».
Aporta protección y seguridad a personas intranquilas, con sentimientos de rencor, falta de apertura emocional, miedo a relajarse y sentir alegría o carencia de amor por uno mismo y hacia los demás. Ayuda a personas con sentimientos de indefensión, bloqueadas física y psíquicamente, con vejez prematura y anulación personal. Con su energía purificaremos cuerpo y mente, logrando una visión más vital, consciente y espiritual de la vida.
Se decía que, «el Fresno era un excelente remedio contra el veneno de las serpientes, y tanto, que en todo lo que ocupaba su sombra, jamás se veía animal venenoso»; de esta vieja creencia deriva la antigua superstición de trazar un círculo con hojas de Fresno para inmovilizar a las temidas víboras.
En algunos pueblos, se le atribuía la mágica virtud de combatir la esterilidad.
En magia, lo utilizaremos para el despertar del poder de sanación y del amor. En trabajos de curación física. Para incrementar nuestra energía vital. Si rellenas o metes dentro de la almohada unas hojas de Fresno, tendrás sueños reveladores y protección psíquica.
El Fresno estuvo dedicado a Poseidón, dios griego del mar, de las tempestades marinas y de las aguas, cuyos remos y lanzas estaban hechos de esta madera. Poseidón, nació de Cronos y Rea. Tras el asesinato de Cronos heredó el dominio del mar. El tridente, símbolo de su realeza, no aparece en las antiguas iconografías mesopotámicas. Posee el don de la metamorfosis, que comparte con las otras divinidades y genios marinos, y se le atribuye el origen de muchas genealogías divinas y humanas tenidas de sus amores con diosas, nereidas y mortales.
En la mitología escandinava. Para los hiperbóreos la concepción mítica del árbol del mundo (un Fresno), está especialmente vinculada a Odín. Se trata de una reminiscencia de las creencias chamánicas y de las prácticas de los pueblos circumpolares. Una de sus raíces alcanzaba el Hel, otra el reino de los gigantes y la tercera el reino de los hombres. Éstos se reunían cada día junto al árbol para recibir la inspiración del dios. Las normas estaban al cuidado de su riego y por ello regían el destino del universo. En sus ramas anidaba Vedrfolnir, el halcón que informaba a la diosa Frija de cuanto acontecía en el mundo, mientras que el dragón Nidhoggr corroía sus raíces.
Según dice la tradición, las serpientes odian los fresnos y, de hecho, jamás se encontrará ninguna bajo la sombra de este árbol. Es tal su aversión al árbol, que el griego Dioscórides contaba en el siglo I d.c. que “si dentro de un cerco hecho con hojas de fresno pusiéramos en una parte una serpiente y en otra brasas encendidas, la serpiente se allegará más al fuego que al fresno”. El fresno es muy importante, también, en la mitología nórdica, donde el árbol del mundo, llamado Yggdrasil, es un enorme fresno del que todo brota.
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